La fórmula mágica (que no es mágica) para ser una mamá emprendedora con éxito

Sabes que no creo en las fórmulas mágicas y mucho menos vendo soluciones rápidas que prometen arreglar tu vida de un día para otro. Pero como sé que la gente sigue buscando esa «fórmula mágica» para tener éxito, te voy a compartir una, que aunque no sea tan mágica como crees seguro te quitará varios dolores de cabeza.

Si quieres ser una mamá emprendedora con éxito, según mi experiencia, todo se reduce a estos tres pasos:

  • Organización y planificación
  • Priorización
  • Aceptación

Estos tres puntos han sido fundamentales para lograr un equilibrio entre mi vida como mamá y emprendedora. Y te digo algo: si logras organizarlos, será más sencillo avanzar.

1. Organización y planificación

Si pasas el día llenando tu mente de pendientes y no lo escribes, ¡tu cerebro colapsa! No estamos hechas para recordar las cientos de tareas que se nos acumulan a diario. Necesitas una agenda, ya sea una app, una lista de tareas, un bullet journal, o incluso una libreta tradicional. Lo importante es que te funcione a ti y te ayude a organizar tus días, porque solo así podrás ser productiva y avanzar.

¿Por qué es importante organizarse?

  • Te permite optimizar tu tiempo.
  • Reduce el estrés, ya que no tienes que depender de tu memoria.
  • Te ayuda a mantener el foco en lo que realmente importa cada día (Minimalismo.

¿Cómo puedes organizarte mejor?

  • Usa agendas: Tradicional, digital, o incluso un bullet journal. Lo importante es que encuentres un método que funcione para ti.
  • Divide tus tareas en categorías: Familia, trabajo, proyectos personales, etc.
  • Establece prioridades diarias: No todo se puede hacer el mismo día, ¡y está bien!

2. Priorización

Aquí es donde se pone interesante. Tienes que definir qué es lo más importante para ti. En mi caso, mi familia es la prioridad número uno. Si mis hijos están bien cuidados, alimentados y felices, entonces puedo pasar a la siguiente prioridad: mi marca personal y proyectos laborales. Solo después de esto, dedico tiempo a mi hogar.

No significa que la casa no sea importante, pero entendí que si mis hijos están bien, entonces puedo enfocarme en otras áreas sin culpa. Por ejemplo, si hay platos sucios, pero tengo un proyecto urgente, prefiero aprovechar mientras mis hijos duermen para trabajar. Luego, cuando despiertan, los atiendo y hago las tareas del hogar. Es cuestión de priorizar y fluir con lo que tienes.

¿Cómo establecer prioridades?

  • Define tus pilares de vida: En mi caso, mi primera prioridad es mi familia, seguida de mi negocio y, finalmente, el hogar. No porque la casa no sea importante, sino porque entendí que cuando mis hijos están bien atendidos, puedo trabajar sin sentirme culpable.
  • Acepta que algunas cosas pueden esperar: Si tienes un proyecto urgente, es posible que los platos sucios puedan esperar. Cuando los niños están despiertos, enfócate en ellos; cuando duermen, aprovecha para trabajar o si lo prefieres para hacer tareas del hogar.
  • Sé flexible: Los planes pueden cambiar, y está bien. Lo importante es que tengas un esquema básico que te guíe, pero que puedas ajustar según las circunstancias.

3. Aceptación

Este punto es clave y probablemente el más difícil de todos. Aceptar que tu vida cambió, que ya no tienes el mismo tiempo ni la misma energía que antes, es crucial para tu bienestar. Tienes que aceptar que ahora hay pequeñas personitas que dependen de ti en todos los aspectos: físico, emocional y mental.

Una vez que aceptas tu realidad y dejas de enfocarte en lo que «te falta» o en lo que «quisieras tener», empiezas a agradecer lo que tienes: tus hijos, tu pareja, tu casa, tu trabajo, y comienzas a avanzar. Esto fue lo más difícil para mí, pero una vez que lo logré, todo fluyó mejor.

¿Por qué es importante aceptar?

  • Aceptar te libera de la presión constante de ser perfecta.
  • Te ayuda a estar más presente y disfrutar el momento.
  • Te permite avanzar con gratitud en lugar de frustración.

¿Cómo puedes practicar la aceptación?

  • Agradece lo que tienes: Agradece por tus hijos, tu pareja, tu hogar, tu negocio. La gratitud transforma la forma en que vemos nuestras responsabilidades.
  • Acepta que ya no tienes el tiempo de antes: Ahora hay pequeñas personas que dependen de ti, y eso está bien. Con el tiempo, aprenderás a equilibrar tus roles.
  • Sé compasiva contigo misma: No te castigues por no llegar a todo. Haz lo mejor que puedas cada día, y eso es suficiente.

La «fórmula mágica» para ser una mamá emprendedora exitosa es mucho más simple de lo que parece: organízate, prioriza y acepta tu realidad. No será fácil, pero te prometo que, si aplicas estos tres pasos, estarás mucho más cerca de encontrar ese equilibrio que tanto buscas entre tu vida personal y profesional